Todos los motivos por los que es imprescindible atacar a tiempo
Con el aumento de las temperaturas que provoca el cambio climático, la bajada de la oruga de la procesionaria hasta el suelo se está adelantando en los últimos inviernos. No proteger adecuadamente tu jardín y tus animales ante esta oruga te puede acarrear riesgos de los que quizás no seas consciente.
Así, durante los meses de octubre y noviembre, resulta necesario llevar a cabo el tratamiento correspondiente para evitar todos los riesgos de esta plaga. Ahora, una vez finalizado este período, recomendamos planificar la próxima temporada, adelantándose a los problemas de este incómodo e incluso peligroso insecto.
Protégete y protege a los tuyos
Y es que si estamos en contacto con los pelos de la procesionaria, podemos sufrir reacciones que van desde una leve inflamación, irritación, dificultad respiratoria hasta un shock anafiláctico grave.
Los perros y gatos también pueden sufrir por sus picaduras si entran en contacto con los pelos de las orugas a través de sus patas. Al notar el picor se lamerán y al pasar los pelos a su boca les producirá picazón, inflamación e incluso vómitos. Los síntomas son pequeñas manchas blancas en boca y lengua, un babeo excesivo y malestar al masticar.
¿Cómo podemos evitar las amenazas de este insecto en tu jardín?
Entre otoño es muy importante aplicar los tratamientos adecuados para evitar problemas en los meses posteriores. Gracias a nuestra experiencia en este tipo de procedimientos preventivos, te garantizamos total tranquilidad ante posibles infestaciones.
En Greener, nos encargamos de combatir esta plaga mediante un tratamiento preventivo a través del sistema de endoterapia. Se trata de una técnica que consiste en la inyección en el tronco de insecticida autorizado. De este modo, evitamos afectar a la fauna auxiliar, como sucede con los tratamientos de pulverización.
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